Pelotilla...

Me gustaría poder dedicarle una entrada como le hice a Shiva, pero con toda la historia que hay en mi habitación, no sé donde están los papeles de su nacimiento...
Cuando pueda, le dedicaré una entrada como se merece, con sus fechas y su todo.


Hoy, hace un añito que Pelota se fue al lado de su novia Shiva, con 7 añitos que tenía, decidió que ya era hora de irse con ella.
Nos dieron 8 crías preciosas, de las cuales no nos quedamos con ninguna, cosa que ahora nos arrepentimos. La mezcla de Shiva y Pelota era explosiva, todos grandes, marrones con franjas blancas, como Shiva.


No puedo escribir esto sin derramar lágrimas, porque, quien me conoce, sabe que a Pelota le paseaba por el barrio con su arnés, le bañaba y hasta dormía la siesta con él...
Lo que peor llevo, es su última imagen en mi cabeza, su cuerpo chiquitito, rígido, dentro de una bolsa de plástico en el veterinario. Porque, aunque parezca que no, la última imagen de Shiva es viva, en brazos de mi madre, que la iba a llevar al veterinario para sacrificarla.


Esta entrada la escribo el viernes, pero programada para que aparezca el sábado, porque no quiero arruinarle el fin de semana a Bivi con esto, y, con el tema del cine, no creo que vaya a meterme por aquí...


Te quiero Pelotilla